Título: El ministro de liberación y su equipo
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Base Bíblica: Lucas 9:1; 10:17; 9:49
Introducción: Entre tanto la iglesia de Jesucristo asume una actitud pasiva, el mundo de las tinieblas gana terreno. Esa razón es más que suficiente, para constituirse en imperativo de trabajar procurando que los cautivos por Satanás y sus huestes sean libres. No damos la batalla en nuestras fuerzas, sino en el poder, autoridad y unción de Cristo. Cada alma que llevamos a la libertad, gracias al mover de Cristo, es una vida para el Reino de Dios que asegura su eternidad en la presencia del Señor. Es tiempo de desarrollar nuestro trabajo: librar la batalla contra las fuerzas de lo oculto, para guiar hombres y mujeres a la libertad que hay en Jesús el Señor.
I. El ministro de liberación se rodea de un equipo de hombres y mujeres de oración y consagración. 1. Los ministros de liberación trabajan con un equipo que acompaña, respalda y apoya en intercesión.
1.1. Dios tiene muchas formas para ministrar liberación. Un ejemplo es la relación del rey Saúl y el joven David (Cf. 1 Samuel 16:13,14, 23).
a. Dios no está sujeto a un solo método para manifestar su gloria (1 Corintios 12:11)
b. La diversidad de formas como Dios opera, derriba todo orgullo que podamos tener respecto a que sabemos todo (Lucas 10:20)
c. En algunos casos será necesario ayuno y oración para romper cadenas (Mateo 17:21 y Marcos 9:29)
1.2. El Señor Jesús tenía en sus discípulos un equipo que le ayudó a ministrar liberación (Cf. Lucas 9:1; 10:17; 9:49).
1.3. En el Nuevo Testamento los apóstoles Pedro y Pablo, y al evangelista Felipe -que siempre trabajaron en equipo, no como un solo hombre-estuvieron inmersos en batallas contra el mundo de las tinieblas.(Hechos 5:16; 8:7; 16:18; 19:12).
2. El ministerio de liberación es para todos los discípulos de Jesucristo. (Marcos 16:17).
2.1. Los ministros de liberación no trabajan solos. (Marcos 6.7)
2.2. El Señor Jesús envió equipos de dos, a quienes les dio autoridad y poder (Marcos 6.7)
a. En el poder de Dios podemos hacer huir al mundo de las tinieblas (Deuteronomio 32.30)
b. La autoridad, poder y unción se fortalecen en una vida de intimidad con Dios.
3. Los miembros del equipo de liberación deben estar en consonancia con requisitos trazados por las Escrituras (1 Timoteo 3.1-12)
3.1. En su vida de testimonio:
a. Hombres y mujeres sin tacha
b. Un hogar establecido
c. Tener dominio propio
d. Respetable
e. Hospitalario
f. Sin vicios
g. Sin codicia ni avaricia
3.2. En su vida espiritual:
a. Que busque a Dios
b. Que no abra puertas al mundo de las tinieblas
c. Que tengan fe
d. Que tenga autoridad espiritual (Hebreos 1:8; Hechos 19:13-17)
e. Conciente de la autoridad espiritual que proviene de Dios (Hebreos 11:6).
e.1. La falta de fe pone tropiezos a la liberación (Cf. Marcos 9:18b, 19, 23, 24; Marcos 6:5, 6; Mateo 17:19, 20).
e.2. La fe mina el poder del mundo de las tinieblas (Cf. Hechos 3:16)
II. El equipo de liberación ministra en la unción y poder de Dios 1. El equipo de liberación viste la armadura de Dios (Cf. Efesios 6:13-18).
2. El equipo de liberación utiliza la Palabra de Dios con autoridad (Cf. Lucas 4:32; Mateo 8:16)
3. El equipo de liberación ejerce su autoridad espiritual al echar fuera el mundo de las tinieblas (Lucas 4.36)
4. El equipo de liberación procura más y más de la unción de Dios (Isaías 10:27)
4.1. Aunque tenemos la unción del Espíritu Santo, procuramos cada día Su llenura.
4.2. La unción rompe los yugos
a. Bajo la unción del Espíritu Santo echamos fuera demonios (Mateo 12:28)
b. La unción de Dios testimonia nuestra autoridad y permanencia en Dios (Hechos 10.38)
5. El equipo de liberación es consciente de su misión y tarea (Lucas 4.18).
Como cristianos comprometidos, estamos llamados a proclamar el Reino de Dios pero también a ministrar liberación a los cautivos. En muchos casos resulta importante que guiemos a la persona que pide ser ministrada, en textos bíblicos como Números 23:21-24; Hebreos 2:14, 15; Lucas 10:17-19; Marcos 16:17 y Santiago 2:19. Resulta aconsejable que memoricen estos pasajes. El propio Señor Jesús nos lo enseñó durante su ministerio terrenal. Nos movemos en la autoridad y el poder de Dios y en ese poder y autoridad, rompemos toda atadura de Satanás y sus huestes. Por la sangre preciosa de nuestro amado Salvador, tenemos asegurada la victoria. ¡Hoy es el día para ver cómo-en la unción, poder y autoridad de Jesucristo-caen fortalezas de maldad! Usted es el hombre y mujer llamados a ejercer el ministerio.