Produciendo transformación en el mundo espiritual, desde la dimensión física. |
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Sábado, 15 de Enero de 2011 17:56 |
Josué 6:1-26
Introducción: Como cristianos debemos estar preparados para las batalles espirituales (Cf. Efesios 6:10-14).
I. Las batallas espirituales las libramos en el poder de Dios (vv. 1-5)
A. No importa la dimensión de la batalla que debemos librar (v. 1)
1. Jericó era una ciudad fortificada y estructuralmente inexpugnable (v. 1 a)
2. Los habitantes de Jericó estaban prevenidos ante la presencia de los isrelitas (v. 1 b)
a. Aunque Satanás está vencido, nos hace creer que tiene dominio y que es invencible. He. 2:14; Co. 2:14-15
B. Dios nos concede el poder para recobrar personas y territorios sobre los que tiene dominio Satanás (v. 2)
1. En Dios no improvisamos la batalla. Dios tiene todo planeado y específico en sus instrucciones (vv.3-5)
2. En la batalla contra Jericó iban en orden de batalla:
a. Los hombres de guerra (v. 3) b. Los sacerdotes (v. 4) c. El Arca de Dios (v. 4)
3. En la toma de Jericó se dieron características especiales:
a. Marchaban alrededor de la ciudad. Una toma espiritual (v. 3)
b. La toma se hizo inicialmente rodeando la ciudad.
c. El pueblo de Israel debía atender las instrucciones específicas en el tiempo perfecto de Dios (v. 5)
II. Como soldados de Jesucristo lideramos la batalla espiritual (vv. 6-19)
A. Como soldados de Jesucristo encabezamos la batalla espiritual (vv. 6, 7)
1. Es importante movernos bajo las instrucciones del Señor (vv. 8, 9)
2. No obramos en nuestras fuerzas sino en el poder de Dios (vv. 10-14)
a. No gritaron, simplemente marcharon en silencio (v. 10 )
b. Rodearon la ciudad moviéndose en el poder de Dios (vv.11-14)
B. Como soldados de Jesucristo libramos la batalla de carácter ofensivo en el poder de Dios (v. 15)
1. Lo imposible se hace posible en Dios (v. 16)
2. Dios los instruyó sobre la importancia de no conservar nada relacionado con el enemigo (vv.17-19)
III. En el poder de Dios derribamos muros y despojamos el territorio de Satanás (vv.20-26)
A. En el poder de Dios cae todo dominio de Satanás sobre las personas y los territorios (v. 20)
1. Nada del enemigo debe quedar con nosotros: recuerdos, amuletos, cartas, pactos realizados con el ocultismo etc. (vv.21-24)
2. Sólo se salvaron aquellos que dispuso Dios (vv.22, 23, 25)
B. Cortamos con todo dominio de Satanás. Es definitivo (v. 26)
1. No podemos volver atrás. 2. Debemos permanecer firmes y fieles en Dios.
Conclusión: La toma de Jericó fue la expresión del poder de Dios moviéndose a través del
pueblo de Israel. Cuando luchamos en las fuerzas del Señor y no en las nuestras, resultamos ven
cedores. En Jesucristo, como enseña el apóstol Pablo, somos más que vencedores.
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Última actualización el Sábado, 15 de Enero de 2011 18:18 |