Introducción: Muchos de los misioneros latinoamericanos que han sido enviados, regresan a su país natal antes de tiempo ¿Por qué? Hablando con los misioneros, ellos han expresado varias necesidades, tales como: más apoyo emocional y afectivo, asesoramiento en diversa situaciones conflictivas, una formación mayor en el cómo enfrentar conflictos interpersonales y en la toma de decisiones bajo stress y presión. Etc.

I. ¿Cómo podemos nosotros ayudar a los misioneros en el campo?

A. Tenemos que reconocer la realidad de la vida misionera. La vida del misionero es marcada por cambios constantes y repetidas superaciones que si no fueran bien procesadas podrán traer complicaciones para su vida y la de su familia, con consecuencias, muchas veces trágicas, para la continuidad de la obra misionera.

B. Debemos comprender quien hace el cuidado pastoral. Es la iglesia enviadora quien tiene la responsable primaria por el cuidado misionero. Los misioneros enviados necesitan de ella un reconocimiento de su llamado, apoyo durante el entrenamiento, el tiempo de promoción y el envío, y un cuidado constante en el campo.

C. Finalmente, necesitamos entender cómo hacer el cuidado pastoral.

a. Tener una verdadera carga por el cuidado de los misioneros. Si queremos hacer el cuidado pastoral, debemos entender que tenemos la función de sacerdotes. Intercedemos por ellos. Es un ministerio de gran magnitud.

b. Compartir la carga y la información. Para cumplir nuestro deber mejor, debemos contactar otras iglesias y personas y compartirles la información sobre las necesidades de los misioneros y compartir también las herramientas para realizar la labor pastoral.

c. Realizar el cuidado pastoral usando cada método disponible. El cuidado del misionero puede ser mas realizable de lo que nos imaginamos. No se necesita ser experto sino identificarse con el misionero y desarrollar empatía con el. La iglesia puede enviar cartas, correos electrónicos, videos, regalos , información, etc.

Conclusión: No queremos que los enviados regresen antes de cumplir la obra a que el Espíritu Santo los ha llamado. Tenemos que hacer todo lo posible para que los misioneros permanezcan en el campo.